El peligro de poner a dieta a niños y adolescentes

Llevo algunos meses pensando en escribir sobre este tema porque últimamente he recibido muchos adolescentes en mi consultorio y me hace recordar a cuando yo tenía su edad.

 

Lo más importante para mi es no crear en el niño o adolescente una obsesión por comer saludable, porque claro, eso ya no sería saludable. Las frases como “eso engorda”, “eso tiene muchas calorías”, “esto es light”, “esto si puedes, pero esto no”, “tu hermano/a puede comer de todo porque está flaco, tú no” están prácticamente prohibidas en mi consulta.

 

Hablando específicamente de adolescentes entre 13-18 años están en una edad muy vulnerable y cualquier tipo de información pueden mal interpretarla y así caer en obsesiones, miedos y Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) a mediano o largo plazo.

 

Hace poco platicaba con Roberta, una paciente de 15 años que llegó a consulta acompañada por su madre. Entre muchas cosas, hizo énfasis en que ya no come más que 3 alimentos desde hace 3 meses: tomate, pollo y chícharos congelados. Roberta me explicaba que para su fiesta de XV años se puso a dieta con una nutrióloga que le quitó muchas cosas, claro que bajó de peso, pero ahora tenía miedo de volver a aumentar, así que se quedó con los alimentos que ella creía que la iban a mantener en su peso. Si alguien alguna vez lo ha intentado no me dejará mentir que comer el mismo alimento por mucho tiempo cansa, de hecho llega un punto en el que el cuerpo lo rechaza a simple vista. Al final Roberta me confesó que tiene miedo de tener que comer esos 3 alimentos de por vida, o resignarse a aumentar de peso. Lo que Roberta no sabía es que estaba enfrente de una Nutrióloga que odia las dietas (jajaja).

 

Roberta va en su consulta #5 y ha avanzado muchísimo. Lo que quiero decir con este ejemplo (de muchísimos que he visto) es que Roberta pudo haberse evitado esa relación tan negativa con los alimentos, sólo era cuestión de enseñarla a comer de todo un poco en su momento, sin etiquetar a los alimentos como “prohibidos” y “permitidos”.

 

 Mamás y papás, no metan a sus hijos en dietas restrictivas por favor. Entre más se le prohíba, más lo va a querer y va a ser un círculo vicioso. Una buena idea es negociar con ellos: si quiere llevarse un sándwich de Nutella al colegio puede hacerlo 1 día a la semana, que él o ella escoja cuándo. Y manejarle los alimentos por el tema de salud, no de peso o imagen.

 

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Daniela Cantu