¿Y si yo quiero bajar de peso?

No te culpo, vivimos en una sociedad gordofóbica que premia la baja de peso como si fuera el logro más grande. Sin embargo, el 95% de las personas que bajan de peso haciendo dieta lo recuperan en un promedio de 5 años, y la mayoría sube aún más. Te invito a cuestionarte de dónde viene esta necesidad de bajar de peso.

¿Si tengo atracones puedes ayudarme?

Claro, uno de los temas más comunes que veo en sesiones son atracones. Aprendemos a identificarlos para así sanarlos.

¿Cómo sé si necesito sanar mi relación con la comida?

Si tienes alimentos que te hagan “descontrolarte”, si tienes una lista en tu mente de alimentos “malos” y “buenos”, si te da remordimiento al comer o comes muchas veces sin saber por qué… necesitas sanar tu relación con la comida.

¿Cómo saber cuál es mi peso ideal?

El peso ideal no existe. Es un invento de la cultura de las dietas para seguir vendiendo. ¿Te suena lógico creer que todas las personas que miden lo mismo que tú deberían pesar lo mismo? Te invito a cambiar ese concepto por “peso natural”.

¿Tú das dietas?

No. Decirte qué comer, cuánto comer y/o cuándo comer es desconectarte de tus propias señales naturales de hambre y saciedad. Utilizamos la nutrición siempre a tu favor buscando qué agregar a tu vida que te haga bien, tomando en cuenta la salud física y mental.

¿Cómo saber si estoy siendo bien asesorada en la alimentación intuitiva?

La primer alerta roja es si tu Nutriólogo/a te da una dieta, menú, plan alimenticio o cualquier nombre que haga referencia a decirte qué comer. La alimentación intuitiva se trata de que tú aprendas qué comer escuchando a tu cuerpo. La segunda alerta roja es si te dicen que vas a bajar de peso con la alimentación intuitiva, pues no es una nueva dieta, ni la nueva manera para bajar de peso. Es un método con evidencia científica que hace que tu cuerpo tenga los nutrientes necesarios en tu cuerpo con forma y tamaño natural.

¿Cómo sé si las dietas me han hecho daño?

Si has desarrollado culpa al comer cualquier alimento, si has dejado de ir a eventos por no querer comer lo que había, si tienes que revisar el menú del restaurante con anticipación, si has desarrollado atracones, si has vivido efecto rebote, si sientes obsesión por comer, si has desarrollado algún desorden alimenticio, si has perdido tus señales de hambre y/o saciedad o miedo a los alimentos… las dietas te han hecho daño.