“Veo fotos mías de hace 5 años y tenía mejor cuerpo que ahora… pero también lo odiaba”. - María, 27 años.

“¿Por qué aunque ya he bajado 10 kg sigue sin gustarme mi cuerpo?”. - Lupita, 34 años

“Nunca he tenido sobrepeso, pero siempre comparo mi cuerpo con otros”. - Valeria, 18 años.

“Me operé el abdomen hace 15 años, y desde entonces no he parado de buscar diferentes cirugías”. - Norma, 52 años.

“Odio que toda mi vida me he cuidado en alimentación y hecho ejercicio y no puedo tener el cuerpo de _____”. - Fernanda, 30 años.

Todas estas frases las escucho diario en la consulta y nos demuestran que amar tu cuerpo es un estado mental, es decir, el amor propio no es algo a lo que se llega, es algo en lo que se vive.

Amar tu cuerpo es entender que hay diferentes tipos y formas, y si no afecta tu salud ES PERFECTO.

 Te comparto 3 maneras de incrementar ese amor a tu cuerpo que tanto le debemos, para que en lugar de verte al espejo y desear que fuera diferente, tengas la oportunidad de verlo, abrazarlo y agradecerle:

1.     NO hagas ejercicio ni comas saludable con el único fin de tener un bonito cuerpo: tu peso y tipo de cuerpo es mucho más complejo que una suma y resta de calorías ingeridas y quemadas. Si haces ejercicio y comes “bien” sólo por tener un buen cuerpo probablemente no lo consigas y te vas a frustrar, te vas a pelear con tu cuerpo, y vas a querer tirar todo por la borda.

2.     Cambia los pensamientos de crítica por otros neutrales: piensa en esa parte de tu cuerpo con la que siempre te peleas y luego agradécele por lo que hace por ti. Ejemplo: si odias tus brazos, agradéceles por llevar el shampoo a tu cabello, por revolver tu café en la mañana, por llevar tu bolsa pesada, por cargar a tu bebé aunque están cansados, etc. Te darás cuenta son muchas más las cosas positivas (o neutrales) que las negativas.

3.     Permítele a tu cuerpo sufrir los cambios naturales, pero no los provoques tú: y aquí me refiero a lo que toda la vida se ha sido visto como “feo” o “malo”… estrías, canas, arrugas, grasa acumulada, caderas ensanchadas, etc. NO tienen nada de malo, de hecho son cambios naturales que el cuerpo sufre con los años, pero si esos cambios los provocas tú (no duermes, tomas demasiado alcohol, te estresas, no tomas agua, no haces ejercicio y/o comes comida chatarra todos los días) entonces ocúpate por darle una mejor vida a tu cuerpo.

Aprende a cuidar tu cuerpo sin juzgarlo. Es el espacio más seguro, en el que debes sentirte amado/a, donde a pesar de todo, encuentres paz y no guerra.

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